Cuerpo y Alma

Vitaminas: verdades y mitos

Recomendaciones diarias alimenticias
Vitaminas solubles en agua:
Tiamina (B1) 1.1 – 1.2 mg
Riboflavina (B2) 1.1 – 1.3 mg
Niacina (B3) 14 – 16 mg
Acido Pantoténico 5 mg
Biotina 30 ug
Piridoxina (B6) 1.3 mg
Acido Fólico 400 ug
Vitamina B12 2.4 ug
Vitamina C 75 – 90 mg
Vitaminas solubles en grasa:
Vitamina A 700 – 900 ug
Vitamina D 5 – 15 ug
Vitamina E 15 mg
Vitamina K 90 – 120 ug

Las vitaminas son nutrientes esenciales de la alimentación humana, pues el organismo no puede producirlas. Para que reacciones bioquímicas claves tengan lugar, sólo se necesitan cantidades muy pequeñas de vitaminas, en microgramos o unos cuantos miligramos.

Las vitaminas del complejo B, o solubles en agua, participan en las reacciones bioquímicas del metabolismo intermediario y de óxido reducción. En este grupo se encuentran, entre otras, la tiamina, la riboflavina, la niacina, la piridoxina, la vitamina C y el ácido fólico.

Las vitaminas solubles en grasa, las cuales no se eliminan fácilmente, se designan con las letras A, D, E y K. La vitamina A es necesaria para la visión, para el crecimiento, la diferenciación celular y el desarrollo normal. La vitamina D participa en la regulación del metabolismo del calcio y del fosfato. La vitamina E es antioxidante; y la vitamina K se requiere para la coagulación sanguínea.

Las deficiencias o carencias de vitaminas pueden causar enfermedades importantes como el beriberi, por deficiencia de tiamina; la pelagra, por deficiencia de niacina; el escorbuto, por deficiencia de vitamina C; y el raquitismo, por deficiencia de vitamina D. La deficiencia de vitamina A puede llevar a ceguera permanente. Sin embargo, los cuadros clásicos por carencia de vitaminas pertenecen al pasado y actualmente sólo se observan deficiencias subclínicas de vitaminas en enfermos, alcohólicos y ancianos.

Uno puede obtener las cantidades de vitaminas que necesita a través de una alimentación variada, completa y adecuada. Por ejemplo, una naranja mediana proporciona 70 mg de vitamina C, cerca de la recomendación diaria para un adulto. Una presa de pollo de tres onzas cubre las necesidades en niacina; un bistec de hígado frito de tres onzas suministra la dosis diaria de riboflavina y, a su vez, de vitamina A; y una chuleta de puerco sin grasa de tres onzas proporciona 1 mg de tiamina.

Algunas personas sostienen que las vitaminas en cantidades altas, que superan las recomendaciones diarias alimenticias, son eficaces en la prevención y en el tratamiento de enfermedades. Por ejemplo, se dice que suplementos de la vitamina C pueden reducir los síntomas y la duración de las infecciones respiratorias altas, así como prevenir ciertos tipos de cáncer, la enfermedad cardiovascular y las cataratas. Sin embargo, no hay evidencias que demuestren esto. Tampoco se ha confirmado que la piridoxina, en dosis altas, sea eficaz en el tratamiento del síndrome del túnel carpiano, la tensión premenstrual, la esquizofrenia, el autismo y la neuropatía diabética.

Aunque se postula que dosis altas de vitamina E impiden la oxidación del mal colesterol (LDL) y podrían reducir el riesgo de enfermedad coronaria, el peso de la evidencia es en contra de cualquier beneficio, a corto o largo plazo, de suplementos de vitamina E en pacientes con o sin enfermedad cardiovascular. Tampoco se ha logrado demostrar ningún beneficio de la vitamina E para prevenir el cáncer.

Por otra parte, los suplementos con beta caroteno, un precursor de la vitamina A, han fallado en reducir el riesgo del cáncer. Incluso, una ingesta del orden de 3,000 microgramos (ug) de vitamina A, por día, podría ser inconveniente y se ha relacionado con riesgo aumentado de fractura de cadera y con defectos congénitos, si se administra durante el embarazo.

En verdad, la única recomendación sustentada es la necesidad de suplementos de ácido fólico para la mujer que puede embarazarse, pues se ha comprobado la reducción en el riesgo de defectos congénitos del tubo neural (como la espina bífida) aún si la mujer toma el ácido fólico antes de salir embarazada. La ingesta óptima de ácido fólico permanece incierta, pero se sabe que una de 400 ug al día puede disminuir los niveles de enfermedad cardiovascular, ya que inhibe los de una sustancia llamada homosisteína, favorecedora de esta condición. Aunque se podría alcanzar una ingesta diaria de 400 ug consumiendo alimentos naturales, la ingesta promedio real es de 200 ug al día.

En conclusión, a través de una alimentación saludable podemos recibir las vitaminas en las cantidades que necesitamos, salvo en excepciones presentadas en ciertos casos particulares.

Habiendo descartado varios de los mitos relacionados a las vitaminas es aceptable señalar que, dada la mayor probabilidad de beneficio que daño y considerando el bajo costo, se podría concluir que una tableta de multivitaminas diaria, que no exceda la recomendación diaria alimenticia de sus vitaminas componentes, tiene sentido para la mayoría de los adultos.

Aunque una tableta de multivitaminas no debe ser sustituto para un estilo de vida o una alimentación saludable, sí es especialmente importante para mujeres que puedan embarazarse, para personas que regularmente consumen bebidas alcohólicas, para los ancianos, para los vegetarianos y para los marginados con una ingesta deficiente de frutas y vegetales.

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Autores invitados

Dr. Enrique Mendoza