Cuerpo y Alma

La estimulación temprana

La estimulación temprana es una manera muy especial de jugar y a la vez enseñar a nuestros hijos. Mediante la estimulación temprana logramos desarrollar habilidades, aptitudes y actitudes. El objetivo primordial no es formar genios sino brindar una amplia variedad de conocimientos que permitan desarrollar al máximo la capacidad intelectual del niño.

La estimulación temprana es muy importante, pues no solamente ayuda a mejorar las estructuras cerebrales débiles por nacimiento, sino que también se enfoca en explotar al máximo el potencial del cerebro de un bebé sano. Lo que el niño aprende en las primeras etapas de su desarrollo establece las bases de su futuro. Todo niño aprende por contacto físico e intelectual natural y normal. Sin embargo, está comprobado que los niños que reciben un programa adecuado de estimulación temprana logran desarrollar más y mejores habilidades.

¿Alguna vez ha pensado en porqué el ser humano depende en un 100% de sus padres al nacer? El ser humano nace con la bendición de un cerebro, pero sin capacidades ni habilidades. Un bebé tarda un año o más para aprender a caminar, mientras que los animales a las pocas horas de nacer ya lo hacen. Esta circunstancia podría parecer en principio negativa, sin embargo, es una gran ventaja para el ser humano, quien nace con un cerebro por formarse. El ser humano puede aprovechar su potencial de aprendizaje, siendo capaz de adaptarse al entorno y a las circunstancias que lo rodean. Hay estudios científicos que muestran que a pesar de las limitaciones en los cerebros de los animales, cuando estos son sometidos a estimulación, demuestran un desarrollo neuronal superior. Por ende, en el ser humano las posibilidades y resultados pueden ser sorprendentes.

La gran pregunta es: ¿Cómo realizar la estimulación temprana en nuestros hijos? Mi interés personal en el tema surgió con mi primera hija, el sueño de toda mi vida y la bendición más grande del cielo. Siendo madre primeriza, el estar dedicada a su cuidado diario no me parecía suficiente; quería dedicarle aún más tiempo. Así fue como empecé a interesarme por la estimulación temprana. Mediante libros, programas, artículos y a través de aprendizaje con profesionales en la materia, como lo son la Dra. Laura Fábrega y el Centro de Estimulación Temprana en Panamá, he llegado a sentir pasión por el tema. La magia de comunicarse con un bebé recién nacido a través del tacto, juego didáctico, melodías, ritmos y texturas, es incorporar al niño a un universo de posibilidades. Desde el nacimiento hasta los tres años de edad es la etapa de más desarrollo neuronal en un niño. Es cierto que un programa de estimulación temprana puede resultar rutinario para algunos padres, pero sólo consiste en dedicación diaria para hacer de nuestros hijos seres humanos más capaces intelectualmente, con mentes más activas y al mismo tiempo más seguros de sí mismos, dado el tiempo y el amor dedicado.

La estimulación temprana puede ser ordenada por edad cronológica del niño. En bebés de 0 a 3 meses se pueden enfatizar masajes y caricias, provocando un desarrollo afectivo, cognitivo y motriz. Esta es una manera de comunicación entre el padre y el niño. Música instrumental o clásica que pueda resultar tranquilizante y estimulación con “flash cards” o tarjetas con figuras grandes y colores vivos, especialmente blanco, negro y rojo, son otras alternativas. Para niños de 6 a 12 meses o más, puede introducirse el juego a través de rompecabezas, libros ilustrativos, actividades físicas en piscinas de agua o bolas. La estimulación temprana acelera la habilidad de un bebé y aumenta la destreza del niño. Estudios han demostrado que con una estimulación constante en un período de dos años, el I.Q. puede ser reforzado de 15 a 30 puntos al tomar la medida a los 4 o 5 años de edad.

Datos interesantes sobre la estimulación temprana:
·  Al estimular el sentido de la vista de un bebé le ayudamos a concentrarse más rápido.

·  Cuando se estimula el sentido del olfato del bebé le ayudamos en su desarrollo motriz.

·  Cuando mecemos o movemos al bebé rítmicamente en el espacio le ayudamos a que desarrolle su memoria.

·  Al llamar la atención de dos de los sentidos del bebé al mismo tiempo se mejora su curiosidad y su capacidad de atención.

Sin duda alguna, la estimulación temprana es una herramienta para alimentar la inteligencia de nuestros bebés. Sin embargo, es importante tener claro que el éxito de la estimulación es la relación que la madre pueda llegar a establecer con su bebé, más que los logros del bebé. Así pues, debemos entender la estimulación como la mejor oportunidad de interactuar con el bebé. La estimulación debe ser de manera positiva y amorosa, de esta forma podremos observar cómo el bebé desarrolla un entusiasmo por aprender y amar, lo que le durará toda la vida.

 

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Autores invitados

María Elena F. de Romagosa