Historia

La casa “de los generales”

La “Casa No.1” (Quarters No.1 o Quarters One) en “Altos de la Cantera” (Quarry Heights) fue para el alto mando militar estadounidense, durante ocho décadas, lo que la Casa Blanca, en Washington, D.C., para los presidentes.

Construida en 1915, con un diseño muy sencillo, la residencia de madera tiene dos niveles. Sus largos corredores y elegantes muebles tradicionales complementan perfectamente cada una de sus numerosas habitaciones y áreas de estar. Es, realmente, una vivienda muy hermosa con características típicas de las casas canaleras, como techos altos y grandes ventanales que permiten apreciar el verdor paradisíaco que le rodea y admirar los variados animales en su entorno: aves, ñeques, osos perezosos, ardillas y hasta monitos.

Actualmente, la residencia tiene la misma estructura original, aunque a través de las décadas se le hicieron varias mejoras: la instalación de un sistema de aire acondicionado central; la construcción de un estanque para peces y una pila para pájaros; y la incorporación de un anexo muy funcional con varios cuartos adicionales, para recibir importantes huéspedes.

La última remodelación efectuada en su interior se realizó hace algunos años, cuando la residencia pasó a administración panameña como parte de la reversión de las áreas del Canal. Hoy en día, esta valiosa vivienda es propiedad de la Presidencia de la República, que la utiliza para eventos muy especiales y la mantiene en excelente estado, como puede apreciarse en las fotografías actuales, tomadas por En Exclusiva.

Su gran importancia histórica
Conocida como la residencia del Oficial al Mando, (Commanding Officer), Quarters No.1 fue el primero de los edificios en ser construidos en Quarry Heights, justo después de la construcción del Canal de Panamá. Resulta que el Ejército estadounidense consolidó todas sus fuerzas armadas bajo el comandante de la línea de oficiales principales asignados aquí, y lo ascendió al rango de General de Brigada. Esto hizo que el Comandante del Ejército tuviera poder sobre todos los demás militares en la Zona del Canal, incluyendo al gobernador. Por lo tanto, también fue necesario que se construyera un conjunto de casas adecuado al estatus de un General de Brigada.
Ese fue el papel de Quarters No.1: ser la residencia oficial de los generales que tuvieron bajo su responsabilidad el Comando Sur en Panamá, entre 1915 y 1999, justo antes de la reversión total del Canal de Panamá a administración panameña. Así, durante sus más de 80 años como la casa de los máximos dirigentes militares de Estados Unidos en nuestro país, Quarters One tuvo 37 inquilinos, desde el General de Brigada Clarence F. Edwards hasta el General Wesley K. Clark.

Adicionalmente, Quarters One tuvo muchos distinguidos visitantes en su rica historia, incluyendo presidentes y altos dignatarios civiles y militares de Latinoamérica, el Caribe y los Estados Unidos. Incluso Collin Powell, actual secretario de Estado de Estados Unidos, se quedó en Quarters No.1 en 1993, junto a su esposa, cuando el General Powell era Comandante de las Fuerzas Conjuntas.

Nueve generales, la misma mano derecha
No podemos hablar de Quarters No.1, en Quarry Heights, sin conocer parte de la historia de sus inquilinos y, para ello, nadie mejor para contarla que su mano derecha, la señora Mary Coffey. Inteligente y guapa dama, exquisita en su trato, fue secretaria ejecutiva del Jefe del Comando Sur desde 1976 hasta 1997 y, por lo tanto, mujer de confianza de nueve generales que dirigieron el Comando Sur en nuestro país.

Ella es nuestro enlace con esa parte de la historia y con los tiempos actuales, pues se mantiene en contacto, muy cerca de ellos y sus familias, a tan sólo una llamada o un correo electrónico de distancia. Pero, ¿qué hace esta dama, llena de interesantes recuerdos y anécdotas, en nuestro país, cinco años después que el “último de sus jefes” partiera? Básicamente, vivir en lo que considera “su hogar”. Pese a que la mayor parte de su numerosa familia, incluyendo a su madre, Virginia Morland, sus tres hijos y sus seis nietos, actualmente viven en Estados Unidos, nos cuenta que ella no sólo se siente, sino que en realidad es panameña de nacimiento, colonense para ser más exactos, ya que su padre trabajaba para una agencia naviera del sector atlántico cuando ella nació.

Desde su casa, ubicada en la vía principal de La Boca y llena de hermosas canastas fabricadas por los indígenas emberá de Darién, nos cuenta que lo más gratificante de su labor fue precisamente trabajar con sus jefes, líderes encargados de dirigir todas las fuerzas de Estados Unidos en Panamá y, además, responsables de la dirección de la mayoría de las actividades militares y de los intereses estadounidenses en América Latina y el Caribe. Para Mary, ellos fueron más que eso: fueron hombres inteligentes, brillantes, sensibles y con un especial sentido del humor, quienes siempre la trataron con gran caballerosidad y respeto, tomando en cuenta su opinión y confiando en su buen juicio.

¿Quiénes fueron los “inquilinos” de Quarters One”?
Empecemos por destacar que, de los últimos nueve generales que tuvo el Comando Sur en nuestro país y con los cuales trabajó directamente la Sra. Coffey, siete llegaron a ser generales de cuatro estrellas. Este es un rango militar altamente privilegiado, sobretodo si se toma en cuenta que actualmente, en Estados Unidos, sólo hay nueve generales de cuatro estrellas en el Ejército Norteamericano. El rango de “General Cinco Estrellas” únicamente puede ser asignado al Presidente de Estados Unidos durante tiempos de guerra.

Estos siete “inquilinos” de cuatro estrellas que tuvo Quarters One durante los últimos 20 años fueron: Paul F. Gorman (1982-1985); John R. Galvin (1985-1989); Fred F. Woerner (1987-1989); Maxwell R. Thurman (1989-1990); George A. Joulwan (1990-1993); Barry McCaffrey (1994-1996) y Wesley K. Clark (1996-1997). Los residentes de tres estrellas que vivieron en Quarters One fueron: Dennis P. McAuliffe (1975-1979), quien se retiró del Ejército Norteamericano para aceptar el cargo de primer administrador de la Comisión del Canal de Panamá, y Wallace H. Nutting (1979-1982), quien fue promovido a general de 4 estrellas luego de partir del Comando Sur.

La jornada diaria de trabajo de todos estos generales, al igual que la de la Sra. Coffey, tenía un promedio de 12 horas, de 7 a.m. a 7 p.m. Dentro de su actividad diaria, estaban incluídas las visitas a “El Túnel”, en el Cerro Ancón, lugar de extremada importancia estratégica para las decisiones del Coloso del Norte. “El Túnel” fue construido entre 1940 y 1942 como un refugio a prueba de bombas y luego fue habilitado como un centro de alta seguridad para el Comando Sur (para mayor información, ver la revista En Exclusiva, edición de septiembre de 2001).

¿Qué ha sido de estos generales, luego de partir de Panamá? Tres de ellos, Galvin, Joulwan y Clark, después de servir en Panamá llegaron a ocupar el cargo de Comandante Aliado Supremo en Europa (Supreme Allied Commander Europe), uno de los más altos rangos en el escalafón estratégico militar relacionado con la política exterior de Estados Unidos.

El General Maxwell Thurman falleció en 1993, luego de una penosa enfermedad. Todos los demás están retirados del servicio militar, pero se mantienen activos en otro tipo de labores. Por lo menos tres de ellos -Joulwan, Clark y McCaffrey- son consejeros para medios de comunicación internacionales como CNN, NBC y ABC. McCaffrey, por su parte, fungió como Zar Antidrogas en la Oficina Ejecutiva del Presidente durante el período del expresidente Bill Clinton.

Sus anécdotas y pasatiempos en nuestro país
La Sra. Coffey no duda en afirmar que si tuviera la oportunidad volvería a trabajar en lo mismo que hizo durante 30 años: ser la mano derecha del Comandante en Jefe. Ese cargo le permitió a la Sra. Coffey trabajar en un ambiente estimulante y con grandes desafíos. A nivel personal, la llevó a conocer y apreciar la parte humana de ellos, creando una relación con sus familias igualmente. Las esposas y los hijos de los generales, por ejemplo, siempre fueron muy especiales en su trato hacia ella, haciéndola sentir parte de la familia. En cuanto a los pasatiempos de algunos de sus jefes, nos cuenta que, cuando se podía, McCaffrey practicaba la pesca y el jogging; otros, como Joulwan, McAuliffe y Clark, jugaban golf. Pero para Thurman, el trabajo lo era todo: su profesión, su pasatiempo, su alimento. De hecho, fue el único soltero del grupo.

Otro dato muy curioso que compartió la Sra. Coffey es el hecho de que el General McCaffrey tuvo tres épocas en Panamá: primero cuando él fue literalmente concebido en Fuerte Espinar, ya que su padre estaba asignado allí; luego, muchos años más tarde, cuando regresó con el rango de Capitán y, por último, durante la época en que sirvió como General.

Con tantos recuerdos y anécdotas, ¿ha pensado en publicar sus memorias?, le preguntamos. La respuesta de la Sra. Coffey fue una amplia sonrisa, seguida por un “No” absoluto. La misma pregunta la contestó a un compañero de trabajo, durante una de sus últimas tardes en el Comando Sur, mientras recogía documentos. Se acercó a la trituradora de papeles y le dijo al compañero: “esto es lo que hago con mis memorias. Ellas permanecerán en mi corazón”.

Lo importante para ella es su carrera profesional y Quarters No.1 sigue y seguirá siendo mucho más que una casa bonita: el hogar de sus jefes mientras vivieron en Panamá. No cabe duda que dada la estrecha relación entre Estados Unidos y Panamá, esta residencia, la casa No.1, “la de los generales”, enriquece la historia panameña en una forma extraordinaria.

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Melissa Chen